sábado, 24 de diciembre de 2011

El último Viaje. Una película sobre la vida después de la muerte




La naturaleza de la muerte es uno de los grandes misterios que nos acompañan toda la vida. En este documental viajaremos al más allá en busca de una nueva visión sobre la relación entre la vida y la muerte para descubrir que nuestras vidas están conectadas con la inteligencia infinita del universo y que solo lo infinito nos lleva hasta el ahora, hasta este momento. Expertos como Brian Weiss, Neale Donald Walsch, Gregg Braden o Alberto Villoldo, nos llevaran a este viaje alúcinante: Infinity, el último viaje.

Enlace

http://vimeo.com/40708674

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Experiencias cercanas a la muerte: 30 años de investigación (Parte V)


Perspectiva de un neurocirujano al vivir un estado donde su cerebro no funcionaba pero su mente pasaba por experiencias más vívidas que la propia realidad.

El Dr. Eben Alexander, era el típico neurocirujano. Un firme creyente del reduccionismo científico, pensaba que todos los pensamientos se originan en el cerebro. Pero esta noción cambió en el 2008, cuando se encontró con la vivencia de tener que pasar por una experiencia cercana a la muerte (ECM). Esto era todo lo contrario de sus anteriores puntos de vista, no podía descartar o evitar el caso, ya que no era sobre otro sino sobre su propia experiencia; tuvo que hacerle frente y buscar una explicación.
Contrajo una meningitis bacteriana aguda la cual dañó su corteza cerebral, una parte del cerebro que se cree involucra funciones cognitivas complejas, como el pensamiento consciente; Alexander entró en estado de coma y pasó seis días con un respirador artificial. La probabilidad de supervivencia era muy poca, y todavía menor era su posibilidad de recuperarse totalmente.
Los niveles normales de glucosa en el líquido cefalorraquídeo en un ser humano, están entre 60 y 80 mg/dl (miligramos por una décima parte de un litro), y la infección por meningitis se considera grave cuando el nivel cae a 20 mg/dl. Sin embargo, el nivel de glucosa del líquido cefalorraquídeo de Alexander, estaba en 1 mg/dl, por lo que era imposible que su cerebro funcionase.
Sin embargo, durante el tiempo en que estaba en estado de coma, Alexander se encontró con experiencias vívidas, donde participaron múltiples sentidos, como la visión, la audición y el olfato. Él dijo que no podía describir lo increíble que era.
"Lo que sucedió durante el estado de coma profundo, era absolutamente impresionante", agregó Alexander, en la entrevista.
“La situación entera parece ser mucho más real que nuestra vida terrenal, y las impresiones sensoriales eran muy extrañas, porque ellas realmente eran, usted sabe, cuando recordaba todo esto y trataba de anotarlo, muchas clases de cosas auditivas y visuales de las cuales normalmente pensaríamos como cosas que vemos u oímos, estaban todos mezcladas y juntas”.
Por ejemplo, "vio" una melodía hermosa aparecer delante de él como colores, y recordó las luces de los arcos de oro y plata, en la forma de arcos transparentes de energía que él percibió como sonidos.
"Si comparara todo ello con el estar aquí, hablando por teléfono o trabajando en mi computador, aquello era mucho, mucho más real, muy rico, como si estuviera realmente vivo por primera vez. Fue realmente increíble", dijo Alexander.
"Ahora mismo mi cerebro creo que se ha recuperado bastante bien, no podría hacer nada acerca de lo que mi cerebro estaba haciendo en el estado de profundo coma", expresó Alexander, ante la conferencia de la Asociación Internacional de Estudios Cercanos a la Muerte (IANDS).
"¿Cómo puede un cerebro agonizante, finalmente levantarse muy pronto y hacerse mucho, mucho más poderoso y ser capaz de manejar estas cargas enormes de información, puestos ahí totalmente y al instante?"
“Para mí el problema era como explicar la hiperrealidad. Como hacer explícito una experiencia tan rica, una experiencia tan interactiva, muy vívida, tanto en los componentes auditivos y visuales, cuando las partes de mi cerebro humano, que normalmente manejan todo, estaban infectados por la meningitis y no trabajaban. ¿Y cómo sobre todo esto, la mente fue capaz de experimentar la conciencia y el manejo de tareas muy complejas?”, se cuestionaba Alexander.
Durante meses después del estado de coma, Alexander pensaba sobre la ECM y trataba de explicarla desde el punto de vista de la neurociencia. Le surgieron alrededor de siete hipótesis, pero más tarde encontró que ninguna era capaz de explicar plenamente lo ocurrido.
"Una explicación estándar en lo neurocientífico [...] absolutamente no se ocupa de los poderosos elementos reales de la experiencia", dijo.
“Mi conclusión, es que la experiencia era muy real y tuvo que suceder fuera de mi cerebro, y tuvo que suceder fuera de este universo físico. […] Hay un elemento de nuestra conciencia que no depende del cerebro y es lo que fue puesto en libertad en mí, y continuó aquel viaje”.
"Cualquier científico que duda de la realidad de tan extraordinarias experiencias cercanas a la muerte, debería empezar por explicar el mecanismo fundamental de la conciencia. La evidencia de la realidad de muchos fenómenos relacionados, como la visión y la influencia a distancia, y los fenómenos que se dan fuera del cuerpo, es abrumadora. La visión reduccionista materialista de la realidad física, en su forma actual, no va a explicar totalmente la conciencia", añadió.
Alexander, ha examinado desde entonces la mecánica cuántica, cuando parece ofrecer algunas reflexiones sobre el fenómeno de la conciencia, y por lo tanto de las ECM.
"Cuando el enigma de la interpretación de sus experimentos salieron por primera vez a luz hace más de 80 años, a los padres fundadores de la mecánica cuántica, como Albert Einstein, Niels Bohr, Erwin Schrödinger, Werner Heisenberg, y Max Planck, todos ellos comprendieron que sus experimentos revelaban un misterio profundo. Es un misterio por tratarse de la intersección de la realidad y la conciencia. Esto es aún más misterioso hoy en día, según lo revelado por los experimentos aún más refinados", afirmó.
Los experimentos de la mecánica cuántica han encontrado que es imposible medir con precisión y al mismo tiempo, la posición y el momento de un fotón o un electrón (o partícula subatómica). Estas entidades se comportan como ondas o partículas, dependiendo de la elección de un observador consciente de cómo medirlos. El resultado de la medición exacta, parece ser arbitrariamente escogido de un rango de posibilidades, pero no será exacta hasta que la medición fuese observada a través de la consciencia.
Un experimento realizado en el 2000, consideró que un observador predictivo de una partícula podría afectar el comportamiento de una partícula entrelazada (uno que se ha generado en el único y mismo proceso) en el pasado.
El experimento fue creado para que las partículas pasen a través de un aparato de doble rendija y terminen en cuatro lugares diferentes.
Los investigadores, descubrieron que solamente por observar a qué lugar deben llegar las partículas, su posterior comportamiento se vería afectado en el aparato de doble rendija.
"Me preocupa que algunos de la comunidad de la física hoy en día, no sientan el mismo profundo misterio detrás de todo esto, como lo hicieron los brillantes padres fundadores de este campo. Los resultados experimentales se han vuelto aún más extraños con experimentos más refinados, pero muchas personas que trabajan en la física cuántica, pasan por alto el misterio profundo en su nivel más básico. La mecánica cuántica, es una parte fundamental de nuestras vidas en un tercio de nuestra economía (teléfonos móviles, GPS, televisores, computadores, toda la tecnología de semiconductores, etc) y se basa en la física y las matemáticas de la mecánica cuántica. Se ha demostrado que funciona muy bien, pero se alejaron del profundo misterio que está allí, cuando nos fijamos en los resultados experimentales básicos. Ellos nos indican que la conciencia es crucial en la determinación de la realidad física", dijo Alexander.
Recientemente se ha descubierto que los fenómenos cuánticos, también se producen en los procesos biológicos, tales como el olfato humano, la migración de aves, y la fotosíntesis. Alexander, cree que los procesos cuánticos también podrían estar involucrados con la conciencia humana.
"El papel principal desde mi punto de vista de la mecánica cuántica, es que nos ofrece pruebas que muestran que hay algo especial sobre la conciencia para aprender la realidad".
"Esto sugiere que estamos perdiendo un gran punto de nuestra conciencia y exactamente esta se relaciona con la realidad. [...] No creo que por perseguir a los fenómenos mecánicos cuánticos hasta cierto grado, vamos a llegar a la respuesta sobre la mente y la conciencia, aunque creo que va a ser de gran ayuda para esclarecer la interfaz sobre el cerebro y la mente".
"Veo en el futuro que la ciencia y la espiritualidad se juntan, veo a la ciencia y espiritualidad llegando a ser uno, y complementándose el uno al otro maravillosamente. Tanto por el lado religioso, como por el lado de la ciencia, tendrán que dejar ir algunos dogmas más simplistas, así como ciertas afirmaciones; entonces la ciencia y la espiritualidad y este profundo conocimiento, de la naturaleza profunda de nuestra conciencia individual, podrán avanzar. El mundo será un lugar enormemente mejor cuando hagamos esto”, concluyó Alexander.

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Experiencias cercanas a la muerte: 30 años de investigación (Parte IV)

¿Son la mente y el cerebro una misma entidad? ¿Qué nos dicen realmente las ECM?

Durante siglos, la gente viene reflexionando sobre la relación entre la mente y el cerebro sin llegar a una conclusión. Algunos piensan que el cerebro es la mente, mientras que otros piensan que son dos entidades separadas.
En los últimos 50 años, un fenómeno denominado experiencia cercana a la muerte (ECM), comenzó a ganar la atención del mundo. Aquellas personas que fueron declaradas muertas o que llegaron a estar muy cerca de la muerte, hablaban de experiencias como dejar sus cuerpos, pasar a otros reinos o encontrarse con personas fallecidas, todo esto daba lugar a la idea de que la mente es independiente del cerebro.
En las series anteriores hemos explorado diferentes aspectos de las experiencias cercanas a la muerte y, después de más de 30 años de investigación, se concluyó por unanimidad que el concepto de las ECM expresa verdaderas experiencias que van más allá de la comprensión de la ciencia actual. Entonces, ¿qué nos revelan las ECM? ¿Qué podemos aprender de ellas?
Robert y Suzanne Mays, investigadores de las ECM, han desarrollado una teoría para explicar dicho fenómeno que fue presentada este año en la Asociación Internacional de Estudios Cercanos a la Muerte (IANDS por sus siglas en inglés).
Tras analizar las características de las ECM, Robert y Suzanne propusieron que la mente es una entidad independiente del cerebro, que podría existir como un campo de energía que puede interactuar con las neuronas de la corteza cerebral a través de intercambios eléctricos.
Robert y Suzanne Mays creen que durante las ECM la mente abandona el cerebro, y cuando el experimentador vuelve a la vida otra vez, la mente se une con el cerebro, pero la conexión no es tan fuerte como antes.
Consistente con el fenómeno de las ECM y la investigación moderna sobre el cerebro, ellos sugieren que la mente es el lugar de la conciencia, pero cuando se unen o conectan con el cuerpo, esto necesita la actividad eléctrica del cerebro para llegar a estar consciente.
Entonces, para explicar por qué la gente puede verse a sí misma teniendo un cuerpo separado del cuerpo material mientras está acostado en la cama, se propuso que la mente también asume la forma de un cuerpo, lo que explicaría también el fenómeno de la falta de miembros en los fantasmas, o el de las personas que les falta un miembros y que todavía pueden sentir la existencia de los miembros perdidos.
En apoyo de la teoría de Robert y Suzanne, los investigadores han reportado el caso de MG, a quien desde el nacimiento le faltaba algunos dedos de su mano izquierda, y aún así sentía sus dedos fantasmas. Cuando "tocaba" a otras personas con sus dedos fantasmas, los demás sujetos podían sentir el tacto. Cuando ella tocaba la parte posterior de la cabeza de los demás, incluso podía obtener las imágenes que había en sus mentes.
También hubo un caso donde una persona gravemente herida en un accidente automovilístico durante una noche brumosa, relató que había salido de su cuerpo volando hasta una casa, saltando y gritando en busca de ayuda fuera de la ventana del segundo piso. Un hombre que estaba en el segundo piso lo escuchó y llamó a la policía. Cuando la policía llegó, informó haber visto la niebla con la forma de un hombre saltando por la ventana.
En otra ocasión, un niño que experimentó una ECM dejó su cuerpo y permaneció cerca de un perro en un parque infantil, y el perro al verlo movía la cola, se levantaba y le ladraba. Robert, propuso que el "cuerpo-mente" de las personas podría ser visible a los perros, porque el espectro visual que tienen los perros es diferente al nuestro.
El niño también reportó que había cosquilleado la nariz de otro paciente en tres ocasiones cada vez que estornudaba.
Robert contó más casos de experimentadores de ECM que entraron en los cuerpos físicos de otras personas. En una ocasión, un hombre trató de suicidarse colgándose pero durante el estado de la  ECM lo lamentó, por lo que entró en el cuerpo de su esposa para comunicarse con ella y buscar ayuda. Después de que se puso en contacto, ella dijo: "Oh, Dios mío", tomó un cuchillo y se dirigió directamente al lugar donde estaba el marido y cortó la cuerda.
Otro caso documentado se refiere a George Rodonaia, médico en neuropatología que se sometió a una ECM, pues se lo declaró muerto por tres días. Durante el estado de ECM, sintió irse dentro de la cabeza de su esposa y escuchar sus pensamientos; ella pensaba que ya estaba muerto y en los hombres que podrían convertirse en su futuro esposo. La mujer confirmó que, efectivamente, tenía esos pensamientos antes de que él volviese a la vida.
Se señala, además, que esta teoría puede explicar los efectos secundarios de las ECM. Si la mente es de hecho un campo de energía, y después de una ECM ya no está tan firmemente unida con el cerebro como antes, es posible que pudiera afectar a los dispositivos electrónicos fuera del propio cuerpo, sentir otros pensamientos (telepatía), o tener otras habilidades paranormales.
Debido a que las actividades neuronales están asociadas a la conciencia y son en su mayoría la materia gris de la corteza cerebral, Robert y Suzanne propusieron que existe allí un interfaz para la interacción entre la mente y el cuerpo físico, especialmente en las dendritas apicales de las células piramidales.
Esto, al igual que la teoría propuesta por David LaBerge y Ray Kasewich del Simon’s Rock y Stanley Laboratory of Electrical Physics, publicado en la revista Neural Networks en el año 2007, señala que la elevada actividad de la dendrita apical subyace en las bases neurales de la conciencia.
A partir de ahora no tenemos forma de saber en qué medida esta teoría es cierta. Como el Dr. Bruce Greyson dijo en la conferencia de IANDS: "hemos arañado la superficie de la ECM". Pero hasta ahora esta teoría es consistente con los hallazgos actuales, y es un punto de partida para la interpretación científica del fenómeno de ECM.

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Experiencias cercanas a la muerte: 30 años de investigación (Parte III)


¿Alucinación o realidad?

Las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM), generalmente están enmarcadas al ámbito espiritual, ¿cómo probar o refutar tales experiencias?

Mientras los experimentadores de las ECM afirman que sus experiencias de haber dejado sus cuerpos e ir al cielo, haber visto personas fallecidas, seres celestiales y así sucesivamente, son reales, muchos científicos insisten en que estas son alucinaciones debido a críticos estados biológicos, tales como la falta de oxígeno en el cerebro. Sin embargo, hay otro grupo de científicos que después de más de 30 años de investigación, con evidencias suficientes, apoyan las versiones de las ECM.

En la primera parte de esta serie hablamos de compartir experiencias de muerte, en donde alguien cercano a la persona en agonia experimenta algo similar a las ECM. Raymond Moody, doctor en filosofía y psicología, dijo a La Gran Época que los que acompañan a la persona en su lecho de muerte, generalmente ven el espíritu de la persona agonizante saliendo del cuerpo, y pueden ver a gente fallecida experimentando una revisión de su vida o yendo a otros reinos, etc.

“Todos las características que identifico como experiencias cercanas a la muerte, que estudié durante años, también están presentes en la gente que tiene estas experiencias junto al paciente, que por cierto no están enfermos o heridos”, dijo Moody durante su presentación en la conferencia de la Asociación Internacional para Estudios Cercanos a la Muerte (AIECM), este septiembre.

“No hay ningún daño en el flujo de oxígeno que llega a sus cerebros, y aún ellos tienen idénticamente las mismas experiencias que he oído de la gente que realmente se acerca a la muerte”.

Moody piensa que esto contradice la hipótesis científica convencional que las ECM son alucinaciones causadas por estados críticos en el cerebro. Sin embargo, aún no ofrece pruebas sólidas de que las versiones de las ECM sean verdaderas.

Sin embargo, hay otros casos documentados difíciles de refutar con el uso convencional de las explicaciones científicas. Por ejemplo, hay casos en que los pacientes que atraviesan una ECM ven a sus familiares fallecidos que no sabían que habían muerto, o a quienes ellos no habían conocido hasta ese momento.

El neurocirujano Eben Alexander, tuvo tal experiencia durante un estado de coma causado por una meningitis bacterial aguda. Durante la conferencia de AIECM, contó que durante su ECM experimentó ser una mancha en las alas de una mariposa, y estaba acompañado por un ser a quien él consideraba como un ángel de la guarda.

Siendo huérfano, Alexander no sabía nada de sus hermanos biológicos, y cuando entró en contacto con ellos, una de sus hermanas ya había fallecido. Un día después de su ECM, miró una fotografía que le dieron sus hermanos y encontró que el "ángel de la guarda", era la hermana que había muerto.

Otro caso interesante relatado por Moody durante una entrevista con La Gran Época, es el de un sacerdote y una monja que tuvieron un accidente automovilístico en el sur de África. Ambos fueron resucitados de un paro cardíaco y describieron sus ECM, como el de estar dejando sus cuerpo y entrando en la luz, con detalles idénticos.

Versiones verificadas de experiencias cercanas a la muerte

También hay relatos de ECM que son directamente verificados. Los investigadores Robert y Suzanne Mays, narraron varias historias de este tipo en la conferencia y durante una entrevista con La Gran Época.

Uno de los casos documenta sobre un hombre que fue gravemente herido en un accidente de tránsito en una noche brumosa. El hombre reportó que salió de su cuerpo, voló hasta una casa, y saltando y gritando buscó ayuda fuera de una ventana del segundo piso. Un hombre lo escuchó y llamó a la policía. Después que vino la policía, el hombre que estaba en la casa dijo haber visto una niebla con forma humana saltando fuera de su ventana.

Robert Mays también habló de personas atravesando una ECM entrando en cuerpos de otras personas. Un hombre trató de suicidarse ahorcándose, pero luego se arrepintió, durante su estado de ECM entró en el cuerpo de su esposa para comunicarse con ella y pedirle ayuda. Después de que él se puso en contacto con ella, la mujer dijo: “Oh, Dios mío”, buscó un cuchillo, fue directamente a donde estaba su marido y cortó la soga.

Otro caso documentado se refiere a George Rodonaia, doctor en  neuropatología, que fue declarado muerto durante tres días. Mientras estaba en ese estado, pasó por una ECM. El Dr. Rodonaia dijo haber entrando en la mente de su esposa y escuchó sus pensamientos; pudo saber que, como ella consideraba que él estaba muerto, pensaba sobre hombres que podían considerarla y quien podría llegar a ser su futuro esposo. Su esposa confirmó más tarde que, efectivamente, tenía esos pensamientos antes de que él volviese a la vida.

El caso que dejó más impresionado a Robert y Suzanne Mays fue el del Dr. George Ritchie, que en 1943 cuando sólo tenía 20 años, era un soldado a punto de asistir a la facultad de medicina. Ritchie fue declarado muerto en la noche que se suponía que debía tomar un tren que salía de la base militar en Texas hacia Virginia, para llegar a la facultad de medicina.

Ritchie informó que salió de su cuerpo, pero al principio no se dio cuenta de ello. Sabiendo que había perdido el tren, decidió irse del hospital y viajar por sus propios medios. Después de determinar la dirección de la posición de la Estrella Polar, Ritchie relató que comenzó a volar hacia el este.

En su camino, al pasar por una ciudad, vio a un hombre a punto de entrar en una cafetería nocturna y fue a preguntarle por unas direcciones, pero este lo ignoró. Luego, Ritchie fue apoyarse contra un poste telefónico y vio que su mano pasaba por él. De esta manera se dio cuenta que había dejado su cuerpo y buscó regresar al hospital, una vez allí manifestó que un ser en forma de luz lo había ayudado volver a su cuerpo.

Después de esta experiencia cercana a la muerte, condujo fuera de la ciudad y reconoció la cafetería nocturna, entendiendo que había volado por la ciudad de Vicksburg durante su ECM. Los detalles de la zona que Ritchie recordaba antes de volver allí físicamente, coincidían exactamente con la realidad.

Basado en la descripción de cómo este joven soldado salió del hospital, Robert y Suzanne Mays retomaron la ruta que Ritchie posiblemente tomó, encontraron que la puerta, de la cual Ritchie probablemente había salido, estaba en la misma latitud que la cafetería nocturna en Vicksburg.

Ritchie también había mencionado haber visto luces que parpadeaban en una de las ciudades por las que voló. Confirmando esto, Robert y Suzanne Mays encontraron una mujer que vivía en una de las ciudades a lo largo de la ruta directamente al este de la puerta del hospital. La mujer les dijo que había cuatro luces que parpadean en la ciudad desde 1943, y resulta que el camino que Ritchie posiblemente tomó estaba en medio de las posiciones de estas luces.

Cuando nos encontramos con relatos de experiencias cercanas a la muerte de este tipo, es difícil rechazar su validez y explicar que tales experiencias son producto de los procesos biológicos.

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Experiencias cercanas a la muerte: 30 años de investigación (Parte II)

Bruce Greyson, médico y director de la División de Estudios de la Percepción en la Universidad de Virginia. (Stephanie Lam/La Gran Época)

Sucedió en 1993. Mientras Kathleen Elmore conducía por una intersección, de pronto un camión apareció ante ella desde el lado izquierdo. "Eso no me parece bien", pensó.

 “No me dolió el morir", dijo, Elmore, cuando en el presente año, ella relataba su experiencia ante la conferencia de la Asociación Internacional de Estudios Cercanos a la Muerte (AIECM).

“Todo aquel inmenso impacto, enormemente lo sentí como si alguien se hubiera inclinado sobre mí, en el hombro, y me fui directamente hacia el cielo”.

Elmore dijo que su conciencia se había ido, 50 a 60 pies por encima, dentro de una hermosa luz blanca, donde ella sentía un "amor increíble " y la música que se escuchaba, también era hermosa. Allí conoció a tres seres que estaban "más allá de los ángeles", quienes habían ayudado a planear su vida antes de que naciera. Ella tuvo una conversación con ellos mientras veía a las personas que la rescataban allá abajo. Después de volver a la vida, ella tenía la capacidad de ver la energía que brotaba alrededor de la Tierra y la conciencia colectiva de la gente, comentó.

Los sucesos que experimentan las personas cuando están clínicamente muertas o cercanos a la muerte clínica se asemejan a las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM), y han sido presentados en el libro "La vida después de la vida", en 1975 por Raymond Moody, doctor en filosofía y psicología.

El libro ha atraído académicos a estudiar el fenómeno, y ha conducido a la fundación de Asociación Internacional de Estudios Cercanos a la Muerte (AIECM), creada en 1981, el cual busca facilitar la investigación sobre las experiencias cercanas de la muerte. Los días 2 y 4 de Septiembre los investigadores, y experimentadores Cercanos a la Muerte (ErsCM)  se reunieron en Durham, Carolina del Norte, para compartir sus experiencias y hallazgos en los últimos 30 años.

En la Parte 1 de esta serie, hemos mencionado que Eben Alexander, neurocirujano, tuvo una ECM, cuando su cerebro estaba dañado por la meningitis bacteriana aguda; por otro lado el Dr. Bruce Greyson, director de la División de Estudios de Percepción de la Universidad de Virginia, informó que el funcionamiento mental de los ErsCM es, en la mayoría de los casos, mejor durante la ECM que lo habitual, y que todavía pueden recordar sus ECM, con mucha precisión 20 años después del evento.

En esta parte, nos fijaremos en la validez de las ECM a través de los efectos secundarios que se dan en los ErsCM.

Estudio de secuelas

Durante su intervención en la conferencia del AIECM, Greyson mencionó que algunos "pseudo-escépticos", como él llama a los científicos no abiertos a los descubrimientos de las ECM, creen que el fenómeno de las ECM no es algo que puede ser estudiado científicamente porque las ECM no son algo material, y no se pueden medir.

Greyson argumentó que ha habido una gran cantidad de estudios realizados sobre las emociones, aunque, se conoce que no son de existencia material.

"¿El amor y el miedo son materiales?", se pregunta. "Ciertamente hay una gran cantidad de investigación científica sobre estas cosas. No podemos verlos, pero sí podemos medir los efectos secundarios científicamente".

En los estudios científicos, hay muchas cosas que podemos medir indirectamente. Por ejemplo, el estudio físico sobre la existencia de la materia oscura no es a través de la observación directa sino a través de medios indirectos, tales como el cálculo de la diferencia de masa de un cuerpo cósmico estimándose de diferentes maneras.

La semana pasada, la NASA anunció que su misión Kepler había confirmado la existencia de un planeta invisible, Kepler-19c, mediante la observación del ciclo de la órbita de un planeta cercano, Kepler-19b, que es visto por la influencia de una fuerza gravitacional desconocida.

El equipo de Kepler también publicó un artículo en la revista Science el 16 de septiembre sobre el descubrimiento del planeta Kepler-16b que está en la órbita de dos soles de poca masa. El descubrimiento fue realizado a partir de los eclipses, algunos de los cuales se debieron a los dos soles ocultando uno al otro.

Usando la cámara de burbujas como una analogía, Greyson argumentó que las ECM pueden ser estudiadas científicamente. Una cámara de burbujas es un recipiente en el que las partículas subatómicas se hacen pasar a través de un líquido, dejando una estela de burbujas en sus pistas. Las partículas son muy pequeñas y se mueven a una velocidad demasiado rápida para que podamos observarlas, pero al ver las burbujas que se forman alrededor de sus pistas, podemos aprender acerca de ellos. Del mismo modo, dice Greyson, podemos aprender acerca de las ECM y de sus efectos secundarios.

Para los científicos verdaderos, la autoridad última es la experiencia, no la teoría.

-Bruce Greyson, M.D.

Para los científicos verdaderos, la autoridad última es la experiencia, no la teoría, dice él.

Para empezar, algunos pueden pensar que los ErsCM deben ser religiosos, y sus experiencias podrían ser consecuencia de su imaginación. Sin embargo, hay ErsCM que no eran religiosos antes de que se diesen las ECM; Greyson ha encontrado que una de las secuelas de las ECM es que había una pobre religiosidad. Curiosamente, los ErsCM también suelen tener una mayor espiritualidad después de sus ECM.

Otra cosa que Greyson ha encontrado en su investigación es que, contrariamente a lo que la mayoría esperaría, los ErsCM son más proclives a utilizar el pensamiento lógico después de la ECM que antes de su ECM.

Aparte de los cambios psicológicos, los efectos secundarios de carácter electromagnéticos son ampliamente divulgados. Cuando algunos ErsCM usan relojes de pulsera, las pilas se agotan rápidamente, o los relojes se mueven en el tiempo más rápidos o más lentos de lo normal. Ante algunos ErsCM las bombillas se apagan, o los televisores y radios puede cambiar de emisora ​​cuando pasan por delante de ellos. Greyson mencionó que un ErsCM no puede ser detectado por las puertas automáticas.

Jane Katra, doctora en Salud Pública, quien también habló en la conferencia, dijo que se volvió sensible a las vibraciones y campos electromagnéticos después de su ECM, y que era difícil para ella adaptarse a vivir en casa de sus padres porque era capaz de escuchar cosas de diferentes habitaciones.

Estos efectos secundarios de las ECM hacen difícil que alguien pueda negar a las ECM como experiencias reales, debido a que son meras alucinaciones o estar cerca de la muerte no traería tales efectos.

Los Drs. Greyson y Mitchell Liester están comenzando un estudio sobre los efectos secundarios electromagnéticos de las ECM. Tras la recopilación de datos de un cuestionario se llevará a cabo estudios de medición de los campos electromagnéticos y los efectos en los relojes de los ErsCM .

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Experiencias cercanas a la muerte: 30 años de investigación (Parte I)


A pesar de décadas de estudio, los investigadores aseguran que "acabamos de rasguñar la superficie"

Un accidente lo deja al borde de la muerte… paro cardiaco y muere… tras desesperados esfuerzos, el paciente finalmente es revivido. Un testimonio inexplicable –para algunos, bizarro– se repite en innumerables de estos casos: “salí de mi cuerpo, me elevé y vi tal escena…”. ¿Psicosis? ¿Daño en el cerebro por falta de oxígeno? Nada de eso. Después de más de 30 años de investigación, un grupo de científicos concuerda en que estas experiencias son reales y representan algo que la ciencia aún debe entender.

Este fenómeno cobró el nombre técnico de ‘experiencias cercanas a la muerte’ (ECM) desde la publicación del libro ‘La vida después de la vida’ en 1975 por el doctor en filosofía y psicología Raymond Moody. Las ECM generalmente incluyen experiencias cognitivas, afectivas, paranormales y trascendentales, por lo que su ámbito de estudio es muy amplio.

Ejemplos de ‘experiencias cercanas a la muerte’ incluyen la experimentación de un cambio en la percepción y la manera de pensar, un sentimiento de paz y tranquilidad, percepciones extrasensoriales, pasar por una revisión de la propia historia de vida y ver los efectos de las acciones pasadas de uno sobre los demás. Se repite también la sensación del salir del cuerpo, visión de personas fallecidas y de otros seres como ángeles, y la sensación de que uno ha entrado en otra dimensión.

Todo tipo de personas han experimentado ECM, y la mayoría de los estudios encuentra que entre un 10 y un 20 por ciento de los casos registrados de personas que atravesaron fugazmente el umbral de la muerte produjo testimonios de ese tipo.

Los estudios sobre las ECM se dispararon después de la publicación del libro de Moody. Seis años después, en 1981, científicos especializados fundaron la Asociación Internacional de Estudios de Cercanía a la Muerte (IANDS, sus siglas en inglés) para "promover la exploración responsable y multidisciplinaria de las experiencias cercanas a la muerte y similares, sus efectos en la vida de las personas y sus implicancias en las creencias sobre la vida, la muerte y el propósito del ser humano", según el sitio web de la institución.

Entre el 2 y el 4 de septiembre de este año, el IANDS organizó una conferencia en Durham, Carolina del Norte, en la que los investigadores de las experiencias cercanas a la muerte presentaron sus resultados. Allí estuvo un periodista del periódico The Epoch Times (edición en inglés de ‘Da Jiyuan’ o ‘La Gran Época’, de la editorial de 2013 y más allá)

Cerebro dañado vs. funciones mentales potenciadas

El Dr. Bruce Greyson, director de la División de Estudios de Percepción de la Universidad de Virginia, dijo en la conferencia del IANDS que los testimonios sobre ECM son confiables porque las diversas versiones permanecen invariables en el tiempo. Greyson consultó a un grupo sobre sus ECM de hace 20 años y, al comparar sus versiones con las registradas en ese entonces, encontró que las recordaban prácticamente idénticas.

Greyson cree que las ECM sugieren que la mente es independiente del cerebro. Porque durante las situaciones clínicas que atraviesan los ECM, las funciones cerebrales se ven afectadas; sin embargo, los estudios no encontraron ningún efecto correspondiente en las funciones mentales que conllevan lo relatado por estas personas.

“En la mayoría de los casos, el funcionamiento mental de la persona es mejor durante las ECM que en nuestra vida normal”, dijo Greyson en una entrevista con The Epoch Times.

“Si les preguntas sobre sus experiencias cercanas a la muerte que ocurrieron hace 15 años, te las cuentan como si hubieran sucedido ayer. Si les preguntas acerca de otras experiencias de sus vidas durante ese tiempo, son recuerdos muy borrosos, si es que tienen alguno”, agrega el científico.

“Cuando entiendes que estas experiencias se caracterizan por procesos de pensamiento mejorados que ocurren cuando el cerebro no está funcionando bien o, a veces, cuando no funciona en absoluto –durante un paro cardiaco o con anestesia profunda–, circunstancias bajo las cuales la ciencia del cerebro nos dice que esta persona no debería ser capaz de pensar, percibir o formar recuerdos, se vuelve completamente claro que no podemos explicar esto sobre la base de la fisiología cerebral”, dice Greyson.

El Dr. Eben Alexander, un neurocirujano que también habló en la conferencia, tuvo una ECM que es un caso de referencia. En 2008 contrajo una meningitis bacteriana aguda que le dañó la corteza cerebral; entró en estado de coma y tuvo que estar seis días con un respirador artificial.

El nivel de glucosa de su líquido cefalorraquídeo era de 1 mg/dl (miligramos por una décima parte de un litro), mientras que los niveles normales son entre 60 y 80 mg/dl. Cuando el nivel desciende a 20 mg/dl, la infección por meningitis se considera grave. Durante varios días después de superar el estado de coma, Alexander tuvo que luchar para poder hablar nuevamente y recobrar sus memorias previas al estado de coma; en general, nadie con este tipo de daño cerebral se recupera por completo.

No obstante, durante su ECM, Alexander tuvo experiencias vívidas en las que participaron múltiples sentidos como la visión, la audición y el olfato. En sus palabras, las escenas eran tan impresionantes que no podía describirlas.

“Mi cerebro ahora mismo –creo que ya se recuperó bastante bien– no podría hacer nada cercano a lo que hacía”, dijo Alexander. “¿Cómo puede un cerebro agonizante conseguir mucho, mucho más poder y ser capaz de manejar estas cargas enormes de información de forma instantánea y ponerlas juntas?”.

Experiencias compartidas

Otro fenómeno relacionado con las ECM son las experiencias compartidas, en las que una persona cercana a un moribundo experimenta algo con las mismas características que las ECM.

Moody escuchó por primera vez acerca de las experiencias de muerte compartidas en 1972, de uno de sus profesores de medicina. La madre de la profesora tuvo un ataque cardíaco, y cuando la profesora estaba tratando de revivirla sintió que ella misma salía de su propio cuerpo y vio que su cuerpo estaba reviviendo a su madre. Cuando su madre murió, la vio en forma de espíritu; el espíritu se reunió con otros seres, entre los cuales pudo reconocer a algunas personas con las que su madre había tenido contacto en vida. Luego, su madre y las otras personas fueron absorbidas por un túnel.

Después de más de 30 años de investigación, Moody estima que los casos en que se comparten experiencias de muerte son tan comunes como las ECM individuales. A medida que estudió más de estos casos con el correr de los años, se encontró con que las características de las experiencias de muerte compartidas son similares a aquellas de las ECM.

Una de las características más comunes de las experiencias de muerte compartidas es que quien experimenta el fenómeno ve al espíritu de la persona moribunda como una réplica transparente de la persona o un óvalo o una esfera de luz que sale de la cabeza o el pecho del cuerpo físico, explicó Moody en una entrevista con The Epoch Times.

Según Moody, a veces el espectador experimenta la revisión de la vida de la persona que está muriendo. Hay un caso registrado de una mujer en Georgia que dijo que en el momento de la muerte de su marido habló con el espíritu de él y vio la revisión de su vida; también vio a un ser que se identificó como la hija que ella abortó.

Moody piensa que las experiencias compartidas la muerte actúan como una fuerte evidencia para la opinión de que la mente existe independiente del cerebro, porque las personas que los experimentaban de ninguna manera tenían las funciones cerebrales perjudicadas en aquel momento.

“Todas las características que identifico como las ECM que estudié hace años también están presentes en personas que están al lado de la cama, quienes, por cierto, no están enfermos ni lesionados”, explicó Moody durante su presentación en la conferencia.

“No hay ningún problema con el flujo de oxígeno a sus cerebros, y sin embargo ellos tienen experiencias idénticas a las que he escuchado de personas que sí se han codeado con la muerte”.

Una evidencia incluso más fuerte que contó Moody durante la entrevista con The Epoch Times es el caso de un cura y una monja en Sudáfrica que sufrieron juntos un accidente automovilístico; ambos tuvieron un paro cardíaco seguido de ECM. Después ser revividos, ambos contaron que experimentaron haber salido de sus cuerpos y que, juntos, entraron en una luz; contaron todo con detalles idénticos.

Moody dice que ahora, con la cantidad de investigaciones realizadas en los últimos 30 años, “hay un genuino –y yo subrayaría ‘genuino’– paso sólido hacia la comprensión racional de la vida después de la muerte”.

Del mismo modo, para Greyson, “la ciencia de las experiencias cercanas a la muerte está mucho más avanzada ahora que hace 30 años”. Pero “creo que solo hemos arañado la superficie de las ECM”, aclara.

Greyson cree que todavía hay mucho por hacer en el área de estudios sobre las experiencias de muerte, sobre todo con las herramientas y técnicas modernas que antes no había.

“Algunas personas con trasfondo religioso o espiritual hablan acerca de las experiencias como un regalo; las refieren como algo sobrenatural. No sé todavía cómo expresar este concepto en términos científicos, pero creo que la ciencia es una empresa dinámica y no estática; pienso que tarde o temprano vamos a encontrar una forma para hablar en términos científicos de algo que está más allá de la física o la psicológica”.

“Creo que los principales avances en el futuro próximo se centrarán en el rol que desempeñan las ECM en la vidas de las personas y en el desarrollo de la personalidad, en el establecimiento de valores, creencias y actitudes, así como las diferentes maneras en que podemos ayudar a las personas para que se beneficien de la experiencia cercana a la muerte”, concluye Greyson.


http://www.lagranepoca.com/experiencias-cercanas-a-la-muerte-30-anos-de-investigacion-parte-i

domingo, 11 de diciembre de 2011

Raymond Moody y las experiencias de muerte compartida

A finales de la década de los setenta del siglo pasado, el doctor Raymond Moody sorprendió al mundo entero con la popularización de las llamadas 'experiencias cercanas a la muerte', un tipo de vivencias que hasta la fecha apenas habían trascendido públicamente, pero que con su libro Vida después de la vida pasaron a formar parte del imaginario popular.

Según su trabajo, aquellos que habían estado en la frontera de la muerte describían percepciones que insinuaban la supervivencia de la conciencia tras la muerte. Ahora, Moody regresa con una nueva investigación, en este caso relativa a las experiencias de muerte compartida.

EXPERIENCIAS DESCONCERTANTES

Hoy en día las experiencias cercanas a la muerte, o “de muerte y entrada en el túnel” como también son denominadas, son sobradamente conocidas, en gran medida gracias al impacto divulgativo que supuso la publicación de Vida después de la Vida del doctor Raymond Moody, una obra traducida a decenas de idiomas y con millones de lectores compartiendo fascinación y sorpresa por este tipo de vivencias. Hasta la época en la que Moody habló de ellas al gran público éstas experiencias se quedaban en la esfera personal, no trascendían del entorno familiar o del personal medico que asistía como testigo a estos “retornos” de la muerte. La “ECM tipo” incluye una serie de etapas identificadas por Moody en sus años de discreta investigación, fases que arrancarían tras producirse y muchas veces certificarse la muerte clínica del paciente. La salida de la conciencia fuera del cuerpo y la contemplación externa de su propio cuerpo físico inerte suele ser el comienzo de la ECM, una fase en la que a veces el protagonista observa como el personal médico u otras personas intentan reanimarle o auxiliarle. Esta etapa se convierte en especialmente interesante al proporcionar información susceptible de ser verificada sobre los escenarios, comportamientos, protagonistas e infinidad de asuntos vinculados con el momento vivido, un momento en el que el cuerpo del protagonista no tiene “conciencia” ni “autonomía”. Es frecuente que esa información incluya datos que no pueden ser explicados salvo que, efectivamente, el sujeto haya vivido una experiencia extracorpórea que le permitió desplazarse fuera del lugar de los hechos o contemplarlos desde una perspectiva espacial muy diferente a la que ocupaba su cuerpo inmóvil. Tras este momento esencial la ECM suele proseguir con el desplazamiento del sujeto a través de un túnel o un recipiente curvo al final de cual se vislumbra una luz cálida y reconfortante. Es frecuente que en ese tránsito se describan, con grandes esfuerzos para encontrar los adjetivos adecuados, olores, sabores, colores, texturas y sonidos con características desconcertantes, así como la percepción o bien una definida contemplación de seres queridos ya fallecidos que parecen salir al paso para aportar tranquilidad. Al final del “trayecto” el individuo se encuentra con un ser de luz, identificado frecuentemente con una figura religiosa, del que emana una indescriptible ternura y amor y junto al que realiza una revisión minuciosa de su vida. El sujeto revive infinidad de momentos con todo lujo de detalles, sintiendo el efecto agradable o desagradable que sus acciones generaron en otras personas. Finalmente y a pesar de lo placentero de la vivencia y el nulo interés en retornar a lo cotidiano, el protagonista que vive una experiencia de muerte clínica es “invitado” a volver  con su vida, a regresar a su día a día aún cuando ese día a día ya no volverá a ser el mismo. Puede darle un trayecto de retorno o directamente verse nuevamente dentro de su soporte físico, con todas las percepciones y sensaciones lógicas de la situación que su cuerpo ha estado protagonizando. Lo vivido opera un cambio, hasta cierto punto lógico al haber estado al borde de la muerte, en la manera de percibir el mundo y en los criterios y prioridades de sus futuras vidas.

MUERTE COMPARTIDA: UN PASO A LA OBJETIVIDAD

La comunidad científica vivió una auténtica convulsión cuando las ECM se convirtieron en un asunto de conocimiento general, del que hablaban abiertamente los profesionales del ámbito de la salud. No faltaron enfoques críticos, escépticos frente a unos relatos que eran tachados de subjetivos, de creaciones fantasiosas de los pacientes, generadas por el estrés extremo de una situación de muerte inminente, la falta de oxígeno a nivel cerebral y otras concomitancias como el incremento de la actividad eléctrica cerebral. La salida del cuerpo era una simple apariencia; la visión del túnel un recuerdo del nacimiento a través del útero –aunque poco les importa que el bebé tenga los ojos cerrados¡- o bien un efecto de la fisiología neuronal; el encuentro con seres fallecidos, las percepciones sensoriales, el ser de luz o el repaso vital, se explicarían como alucinaciones placenteras provocadas por la mente –por falta de oxígeno, como efecto de la anestesia, etc- para aliviar el estrés de una muerte que se valora como inevitable. Al margen de todo ello, el “fenómeno Moody” provocó que más y más testimonios llegasen a sus archivos y que decenas de otros expertos se interesasen por el asunto abordando múltiples aspectos y poniendo en marcha investigaciones que continúan desarrollándose.

En los centros hospitalarios canarios, al igual que en los de cualquier otro lugar del mundo, el personal conoce muchas de estas historias, a las que se suelen referir con expresiones como “otro que volvió”, “otro que estuvo en el túnel” y similares. No obstante, la nueva sorpresa y debate abierto por Raymond Moody viene dado por las conclusiones de su nuevo libro “Destellos de Eternidad”, publicado en España por Edaf, en el que se ocupa de otro tipo de experiencias bastante similar, pero protagonizadas por los acompañantes de los moribundos. A falta de un término mejor las ha denominado “experiencias de muerte compartida” y parecen ser tremendamente abundantes y conocidas por familiares y personal sanitario. Los testigos en este tipo de casos son personas sanas y despiertas, que narran experiencias detalladas, lúcidas y sorprendentes, que no pueden ser atribuidas a la falta de oxígeno o al efecto de la medicación. Un buen porcentaje son vividos incluso de forma colectiva, ante la muerte de otra persona. Como explica el propio Moody en su nuevo libro a cerca de estos casos, “las experiencias de muerte compartidas me han enseñado que estar próximos a la muerte puede significar también, sin duda, estar próximos a la muerte de otros. Estar en presencia de la muerte, no necesariamente de la nuestra propia, tiene algo que puede abrir una puerta a un mundo superior; es una puerta que los que se están muriendo pueden abrir a los que seguirán viviendo”

Pero, ¿qué sucede en estos casos? ¿Qué ven aquellos que acompañan en el proceso del morir a otras personas? El autor ha concretizado siete fases o etapas, aunque al igual que sucediera con las ECM, advierte que no siempre se tienen que dar todas. Esencialmente en el momento de la muerte el acompañante percibiría un cambio en la percepción de la geometría del lugar, como si el entorno se transformarse por completo en cuanto a volumen, textura…una primera fase difícil de verbalizar. La presencia de una luz mística es otro factor frecuente, una luminosidad especial que envuelve al moribundo y a la habitación, una luz reconfortante que casi se puede tocar y que parecen ejercer un efecto transformador positivo. La audición de música y sonidos muy particulares e indescriptibles constituye un tercer factor. El cuarto viene dado por la experiencia extracorpórea, experimentada por el acompañante, que a veces puede verse también junto al “doble astral o espiritual” de la persona que está a punto de fallecer, con el que puede comunicarse. Una quinta etapa o elemento es el concerniente al repaso de la vida del moribundo, una fase también muy interesante en la que el testigo vive junto a la persona que está en el trance de muerte la revisión muchos momentos vitales, frecuentemente, de episodios a cerca de los cuales el acompañante no tenía conocimiento previo y que posteriormente puede verificar. Contemplar planos o escenarios “celestiales”, muy difíciles de describir, constituye la sexta característica, mientras que la séptima viene dada por la visualización de una niebla o nubecillas, como vapor de agua, que emite o sale del cuerpo del moribundo justo en el momento de su muerte y que, obviamente, tiende a ser asociada al concepto de espíritu o alma.

Resulta lógico que a lo largo de las últimas décadas el Dr. Moody haya aprendido a convivir con las críticas hacia sus estudios sobre las ECM, pero la casuística que ahora presenta previsiblemente le va a reportar una nueva ración de controversia. A fin de cuentas, ¿cómo explicar éstas experiencias de muerte compartida? ¿Alucinaciones generadas para consuelo de los familiares, que sienten alivió ante una “supervivencia” tras la muerte de los suyos? Parece demasiado rebuscado y complejo, máxime cuando los casos coinciden y en especial, cuando se dan episodios donde hay más de un acompañante percibiendo esos fenómenos. Estamos seguros que estamos ante una casuística emergente, que puede enriquecerse con nuevos testimonios.

http://www.ilustradordigital.es/index.php/el-cobertizo/60-el-cobertizo/5338-raymond-moody-y-las-experiencias-de-muerte-compartida.html

Una médium halla en la casa Lercaro el "cuerpo" del fantasma de Catalina



Angie Freeland, de gran prestigio en Inglaterra, sin conocer el fenómeno del fantasma de Catalina ni cómo murió, descubre el punto donde está el pozo al que se tiró la joven en su noche de bodas, y describe cómo iba vestida y de donde se arrojó. Además, asegura que su cuerpo permanece en el fondo del pozo.

La médium inglesa Angie Freeland ha descubierto el punto exacto donde Catalina Justiniani se quitó la vida en el Palacio de Lercaro en su noche de bodas, y mediante una concentración, a las 00:00 del miércoles, afirmó que el cuerpo de dicha joven permanece en el fondo del pozo donde se arrojó.

El 9 de noviembre de 2003, este periódico se hizo eco de que el fantasma de Catalina se paseaba por el Museo de Lercaro, lo que moticó que varios guardias de seguridad renunciaran a sus puestos de trabajo.

Ocho años más tarde ha pasado un hecho curioso, ya que el grupo Clave 7 de investigación de temas paranormales, con el permiso del director del Museo del Cabildo, acudió el miércoles a las 20:00 horas, a dicho inmueble para hacer un estudio sensitivo con la médium Angie Freeland y el grupo Tenerife Paranormal Society.

Nadie sabía, ni la médium, cuál era el punto exacto donde se localiza el pozo que está tapiado, formando un pavimento conjunto del patio trasero.

Después de estar visionando todo el Palacio de Lercaro, la médium se dirigió al punto exacto donde solo este redactor sabía que estaba el pozo. En ese momento dijo que lo percibía debajo de ella. Luego se concentró más y visionó joyas, y un cuerpo con un traje blanco. Al preguntarle si era un cuerpo espiritual o físico, dijo que estaba en el fondo de forma material, y precisó que era de una mujer. Le preguntamos cómo había llegado ahí ese cuerpo y señaló que la joven se había tirado del corredor más alto del Palacio de Lercaro, que cayó cerca del pozo y como aún no había conseguido su muerte se arrastró hasta tirarse dentro del mismo.

Cuando explicamos a la médium que todo correspondía con el fantasma de Catalina, el asombro fue total. Hay que destacar que antes de hacer dichas afirmaciones, la médium Olga Pérez Marrero, sensitiva del grupo Clave 7, había dado a conocer datos semejantes a los de Angie Freeland.

Josephine Mateos, sensitiva del grupo Clave 7, percibió a Catalina tirándose al pozo de rodillas y que en las mismas, antes de hacerlo, lleva heridas, lo que concuerda con lo que apunta la médium de que al caer avanzó hacia el pozo para tirarse. Josephine vio a esta mujer con pelo largo y negro, ojos claros verdosos, manos delgadas y con un camisón blanco o beis con bordados en azul y rosa.

Tanto Josephine como Olga sintieron opresiones, angustias y torturas, lo que fue ratificado por la médium Angie Freeland, pues aunque no lo sabían estaban en las mazmorras donde recluyeron a presos. Olga noto la presencia de militares y monjes.

Asimismo, es de destacar que el grupo Clave 7, con su director, Nandy Álvarez, al frente, detectó en la zona correspondiente al archivo del Museo de Lercaro anomalías electromagnéticas y sonidos extraños semejantes a pasos de personas, y ante la sorpresa de todos, una luz que se encendió sola.

http://eldia.es/2011-12-04/LAGUNA/1-medium-halla-casa-Lercaro-cuerpo-fantasma-Catalina.htm