El argumento ontológico para la existencia de Dios es un razonamiento apriorístico que pretende probar la existencia de Dios empleando únicamente la razón.
- "Pues creemos que [El Señor] es algo tan grande que nada mayor puede ser concebido."
A continuación se pregunta si Dios existe:
- "¿Entonces, acaso no existe tal naturaleza, pues algo ha llevado al mentecato a afirmar en su corazón: Dios no hay?"
Para contestar a esto, trata primero de mostrar que Dios existe
en el entendimiento:
- "Mas, indudablemente, este mismo mentecato, cuando escucha esto mismo que estoy diciendo - que hay algo tal que nada más grande puede ser imaginado -, comprende lo que escucha, y lo que comprende está en su entendimiento, incluso aunque no comprenda que lo sea; pues una cosa es que algo esté en el entendimiento, y otra es comprender que una cosa es."
Tras esto, Anselmo trata de justificar su asunción, usando la analogía de un pintor:
- "Pues, cuando un pintor imagina de antemano lo que va a dibujar, alberga en su entendimiento lo que aún no ha hecho pero todavía no comprende que es. Pero cuando ya lo ha pintado, alberga en su entendimiento tanto lo que ya ha pintado como el hecho de comprender que ello es. Por tanto, incluso el más extravagante mentecato está obligado a admitir que, al menos en el entendimiento, existe algo tal que nada mayor pueda ser imaginado, pues, al escuchar esta afirmación, la entiende, y cualquier cosa que se entiende está en el entendimiento."
A continuación, desarrolla la base del argumento ontológico:
- "Y, ciertamente, algo tan grande que nada mayor pueda ser pensado no puede estar únicamente en el entendimiento, ya que si sólo estuviera en el entendimiento, también podría pensarsele como parte de la realidad, y en ese caso sería aún mayor. Esto es, que si algo tal que nada mayor pueda ser pensado estuviera únicamente en el entendimiento, entonces esa misma cosa tal que nada mayor pueda ser pensado sería algo tal que algo mayor sí pudiera pensarse, algo que no puede ser."
Anselmo da así con la contradicción de la que extrae su conclusión:
- "Ha de existir, por tanto, y más allá de toda duda, algo tal que nada mayor pueda ser pensado, tanto en el entendimiento como en la realidad."
A ese algo tal que nada mayor pueda ser pensadoado lo llama Dios.
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