miércoles, 17 de agosto de 2011

El bombero ateo que se convirtió al rescatar la Sábana Santa del incendio de 1997

Mario Trematore fue uno de los enviados a sofocar el incendio que consumía la catedral de la ciudad de Turin en 1997 y ponía en peligro la Sábana Santa. Ateo convencido, nada le hacía presagiar que esa noche volvería a rezar. Fue el 11 de abril del 97. A las 23.45 horas un fuerte olor a humo hacia saltar la alarma. Las llamas hacían estragos en la capilla Guarino Guarini de la Catedral de Turín. Poco después de que los bomberos llegaran al lugar del incendio, el jefe de la dotación dio orden de evacuar la zona por el peligro de derrumbe de la catedral. Ofrecemos el vídeo del rescate de la Sábana Santa donde se ve a Mario Trematore romper el cristal antibalas y sacar la Sindone, momento en el que tuvo su encuentro personal con Jesucristo, que cuenta en el reportaje escrito.

Entre quienes estaban entonces en el altar mayor, donde caían escombros de la cúpula de madera de la capilla, estaba Mario Trematore. “La capilla del Guarino caía en pedazos y hacía un calor abrasador. Uno de los pilares principales ya se había derrumbado y no había mucho tiempo para pensar porque todo podía venirse abajo”, recordaría más tarde Trematore, que, en ese momento, solo pudo rezar una oración que había aprendido hacía muchos años. “Vi de nuevo al niño pequeño que aprendió a rezar el Padrenuestro y lo recé”.


 Trematore cogió entonces una maza de hierro y comenzó a golpear la vitrina que protegía el relicario de la Síndone. Fue capaz de romper un cristal antibalas y, con la ayuda de sus manos, sacar el cofre metálico en el que duerme la Sábana. Las imágenes de Trematore liderando la columna que sacó a hombros el cofre no sólo han dado la vuelta al mundo, también han quedado grabadas en el corazón de su protagonista: “Siempre cuenta que en ese momento oyó la voz de un niño y dice que la caja metálica no le pesaba. Es muy curioso porque el relicario es muy pesado, pero él lo vivió así”, explica Mark Guscin, editor de la revista de la Sociedad Británicas de la Síndone de Turín y amigo personal de Trematore.
A Guscin no le sorprende que Trematore se encontrara con Cristo al acercarse a la Síndone: “He acompañado a muchos a ver la Sábana Santa, muchos de ellos ateos que después se han convertido. Es una presencia especial, es inolvidable la primera vez que la ves cara a cara”, asegura.
Pero volvamos a aquella noche de 1997. Mario Trematore sintió entonces que en sus manos estaba salvar “un símbolo de los valores cristianos” y que Dios le dio la fuerza necesaria para romper ese cristal y rescatar la tela que envolvió el cuerpo de Jesucristo. “Aquella noche sentí que una voz venida de lo alto me acompañaba y me daba fuerza”.


Cuenta el bombero, hoy retirado, que no se siente un héroe, sino un instrumento de Dios. “Mmario3.gife sorprende ver cómo Dios, que todo lo puede, se sirve de nuestras manos y de nuestros brazos para sus obras, porque, con o sin nuestra ayuda, Jesús habría renacido de los escombros”.
Mario Trematore después de aquella noche del 11 de abril de 1997 tuvo que enfrentarse a la fama: periodistas de todo el mundo querían hablar con él, daba charlas en universidades, acudía a platós de televisión... Hoy guarda en su casa un trozo del cristal que rompió con sus manos y la chaqueta del uniforme que llevaba esa noche. La fama efímera, pasó pronto y dejó en Trematore una sensación de vacío; "lo pasó mal", explica Guscin.

Pero lo que no le ha abandonado desde entonces es su fe. "Desde la noche del incendio Cristo es mi compañero de viaje. Lo siento a mi lado cuando camino por la calle, cuando recojo a mi hija del colegio, cuando hago las compras, paseo por Turin, trabajando... Es un amigo, un confidente a quien pedir consejo", reconocía Trematore a una radio italiana 10 años después de aquel incendio. "Hoy sé que nunca más estaré sólo", dice un bombero ex ateo, que recomienda a quien tenga la suerte de contemplar la Sábana Santa que no piense que la razón pueda encorsetar o reducir la fe. "Al contrario, cuando la razón se usa de un modo auténtico libera el alma para que ésta perciba el misterio del que todo depende". El misterio de un hombre ensangrentado cuyo amor quemó a Mario más que el propio fuego. 

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